¿Qué valor tiene el mérito si ni siquiera sabemos quiénes somos?
En todo el mundo se fomentan las buenas calificaciones y las distinciones académicas: ¿es realmente el mérito el objetivo? Mérito es solo una manera de medir qué tan bien lo ha hecho un estudiante. Puedes medir con métricas las calificaciones, pero ¿puedes medir a un ser humano por lo que es? ¿De qué sirve tener honor basado en la métrica cuando uno ni siquiera se conoce a sí mismo?
Durante mucho tiempo, nuestro sistema educativo ha enfatizado el logro académico a expensas del desarrollo total de los estudiantes. Pero la enseñanza es más que solo tomar estadísticas o hacer evaluaciones; significa ayudar a los estudiantes a convertirse en individuos que cuestionen, que puedan formular sus propias teorías, en lugar de aceptar pasivamente los que se les da como información absoluta. Los honores de memorización de un libro solo demuestran un conocimiento específico. Sin embargo, no prueba que ese mismo niño será o puede ser feliz, fuerte, de pensamiento crítico o empático por esos méritos.
¿De qué sirve ser el mejor estudiante si no sabes gestar tus emociones?
La verdadera educación debe equipar a los estudiantes para la vida, no simplemente para aprobar exámenes.


Una historia que inspira
Ana era una excelente estudiante, siempre en la cima de su clase. Sin embargo, al momento de la graduación, se sentía perdida. No tenía idea de qué carrera elegir ni cómo lidiar con las expectativas de sus padres. Fue a través de la participación en un programa de orientación vocacional que descubrió que la psicología era su verdadera vocación. Hoy, Ana es feliz y exitosa como psicóloga profesional. No porque siempre tenga las mejores calificaciones, sino porque se conoce bien a sí misma y toma decisiones que están en línea con sus creencias.
Un niño que aprende a manejar sus emociones podrá gestar mejor sus objetivos.
Veamos por qué:
Según un estudio de la Universidad de Harvard, el 85 % del éxito profesional está relacionado con habilidades socioemocionales como la empatía, la resiliencia, la capacidad de trabajar en equipo. Aunque las calificaciones son importantes, no son el único factor para determinar el éxito. Los estudiantes están bajo presión como resultado del estrés centrado en puntajes, lo cual puede llevar a estrés y falta de motivación en los estudiantes. Muchos niños sienten la presión de complacer a sus padres o maestros, lo cual puede influir en su autoestima o relación con el aprendizaje.
Educar para la vida es valorar el proceso de aprendizaje, fomentar la curiosidad y permitir que los estudiantes exploren sus propios intereses y pasatiempos.
En la escuela es donde se forman la autoestima y el pensamiento crítico
Los dos pilares del desarrollo integral de un niño: autoestima y pensamiento crítico. La autoestima surge de buenas experiencias, reconocimiento y aliento de padres o maestros. Un niño que se siente valorado y capaz está dispuesto a trabajar duro y aprender de sus errores.
Formas de construir autoestima
Por ejemplo, en la educación humanista los estudiantes participan en proyectos que les permiten recibir retroalimentación constructiva sobre su trabajo. Además, se les anima a apreciar sus éxitos, no solo en materias académicas sino también en términos personales como el esfuerzo, la creatividad y la perseverancia.
Escuela de Pensamiento Crítico
El pensamiento crítico, se crea cuando se anima a los estudiantes a cuestionar lo que han aprendido y lo analizan. En lugar de memorizar el material sin intentar entender cómo podría ser útil en situaciones de la vida real, esta educación no solo les ayuda a convertirse en personas más independientes, sino también a tomar decisiones basadas en hechos y resolver problemas de forma creativa.


Un ejercicio de la vida real
Imagina un grupo de estudiantes que están estudiando el tema de la contaminación ambiental. En lugar de simplemente darles un texto para leer y examinar, se les pide observar los plásticos de la ciudad, que vean de primera mano que es un problema que está más cerca de lo que piensan, entonces al observar se les incita a idear pasos concretos que puedan, aunque modestos, ayudar a aliviar esta situación. Este tipo de proyectos no solo enseña hechos sobre su tema, sino que también fomenta el pensamiento independiente y establece un patrón de acción consciente en circunstancias difíciles.
El enfoque de la Escuela Internacional Canadiense al sistema educativo actual:
En la Escuela Internacional Canadiense vamos más allá de simplemente enseñar. Nuestro enfoque de la educación apunta más alto: producir ciudadanos seguros de sí mismos, preparados, entendiendo sus emociones y las de los demás.
Nuestro modelo educativo se basa en tres principios fundamentales:
- Acompañamiento personalizado: Cada niño es único, por lo que moldeamos nuestra enseñanza según sus necesidades individuales, intereses y ritmo de aprendizaje.
- Desarrollo emocional: Fomentamos la sensibilidad y la inteligencia emocional con actividades que generan autoconciencia, control de sentimientos y relaciones interpersonales.
- Pensamiento crítico como ingrediente para la innovación: ¡Mentes inquietas! Nuestros niños son entrenados como pensadores críticos, cuestionando las situaciones y aportando nuevas ideas en colaboración para resolver problemas.
Conocé cómo es un día en nuestras aulas
Te invitamos a que nos acompañes y descubras en persona cómo nuestros estudiantes aprenden, experimentan y disfrutan en un ambiente que se adapta a sus necesidades.